Mi nombre es Eva Cañizares Rivas. Soy abogada y, desde hace más de trece años, una apasionada de la gestión deportiva.
En todos estos años de dedicación profesional en el sector deportivo, he prestado mis servicios en diferentes empresas y, en casi todas, he sido inmensamente feliz. Y digo “casi” porque no todo ha sido un camino de rosas, ha habido momentos muy duros, pero de todos se aprende y se sacan lecciones de vida importantes.
Y una de esas lecciones me ha hecho ver la necesidad de salir de mi zona de confort, esa zona en la que, la mayor parte del tiempo, me encontraba cómoda, feliz, segura y tranquila, pero en la que sentía que me había estancado, que necesitaba retos, un proyecto que me llenase y me permitiese poner en práctica mi forma de entender la gestión de equipos, el trato con los compañeros y los usuarios, lo que mi gran amigo Juan Carlos Maestro ha bautizado como Felicacia, que no es más que la suma de la Felicidad (de los trabajadores) más la Eficacia (de las organizaciones), y el equilibrio entre ambos conceptos en las empresas. Un concepto de gestión de personas que no terminaba de calar entre mis anteriores jefes, que no acababan de comprender que la felicidad es más que un estado de ánimo, que es la nueva fuerza motriz que necesitan las corporaciones para ser más profesionales y tener empleados más competitivos, productivos y realizados.
Hoy, por fin, puedo decir que he cumplido dos de mis sueños: tener mi propia empresa de gestión deportiva, MoMAFIT, y ocupar en ella –aún no me lo creo- el cargo de Gerente de la Felicidad (¿no es una maravilla?), el primer puesto que he creado porque, en mi opinión, es imprescindible para diseñar el resto de puestos dentro de la empresa y fomentar un ambiente de bienestar óptimo para el desarrollo del capital humano, el capital más importante dentro de la organización.
Mi trabajo como responsable de la felicidad dentro de MoMAFIT va a ser:
- Primero, identificar cuáles son las motivaciones de mi equipo, primordial porque todas las estrategias que diseñe tienen que agregar valor tanto a la vida como al trabajo de mis compañeros, que cada día encuentren en MoMAFIT un espacio adecuado para poderse desarrollar feliz y plenamente.
- Segundo, cuidar el clima organizacional para que todos los miembros del equipo MoMAFIT sepamos qué podemos aportar para sentirnos bien en el día a día, que estemos satisfechos con lo que logramos en nuestro trabajo y que veamos el futuro en nuestra organización como algo valioso.
Quiero conseguir que mis técnicos no se vean solo como el monitor que imparte una clase dirigida, sino que se vean como una persona que ayuda a otras personas a sentirse mejor física y psíquicamente. Porque si piensan que su trabajo es importante lo verán de manera distinta y más positiva. Como Gerente de la Felicidad procuraré hacerles más evidente eso.
¿Veis la importancia de este puesto en la empresa?
Es el que implementa la Felicacia en las organizaciones y contribuye, con ello, a incrementar la productividad y a disminuir la rotación de personal -aunque, no olvidemos, que ha de estar respaldado por una estrategia empresarial, porque al final estamos hablando de una función estratégica que está alineada con resultados de negocio-.
Un estudio realizado por LinkedIn a nivel global dio un resultado desolador: que, en los últimos años, los empleados no renuncian a las empresas, sino a sus jefes. Y doy fe de ello. Considero que el desafío, en este aspecto, cuando lideras un equipo es reinventarse para lograr un mejor entorno y clima interno dentro de la compañía. Gestionar desde la ética –tan importante y tan olvidada- y la concienciación de la importancia del cuidado del físico, la mente, el espíritu y el entorno, de la relevancia de políticas internas que eliminen la discriminación en cualquiera de sus formas, ayuden al entendimiento y al crecimiento de las personas y generen un impacto positivo en las comunidades donde se desarrollan. Porque un empleado feliz hace feliz a las personas que le rodean, a nuestros clientes. Es muy difícil, por no decir imposible, entregar determinada experiencia a nuestros clientes si en la organización no se viven también una serie de valores alineados con aquello que queremos proyectar fuera. Por eso, nuestro concepto de Experiencia de Cliente tiene su reflejo en un modelo simétrico y primordial de Experiencia de Empleado, porque la satisfacción del cliente y la del empleado son dos caras de la misma moneda.
¿Os acordais de la película Jerry Maguire? En ella, el protagonista (Tom Cruise) es uno de los mejores empleados de una cotizada agencia dedicada a la promoción de deportistas, cuya vida es perfecta hasta el día en el que se da cuenta de la importancia que tienen las personas sobre el dinero y decide escribir un memorándum de propósitos donde expone la deshonestidad en los agentes deportivos en la agencia y la escasa ética que tienen en su trato con sus clientes, lo que provoca su despido.
Pues algo así me ha pasado a mí. Y mi intención al escribir este post es dejar constancia de mi propio “memorándum de propósitos”, de mi voluntad principal de crear en MoMAFIT un ambiente de trabajo positivo e inspirador para todos y ofrecer a mis compañeros la posibilidad de que el desarrollo de sus cometidos no solo les haga felices sino que les suponga un reto y una oportunidad de crecimiento personal y profesional.
Porque la satisfacción laboral lleva, inevitablemente, a la satisfacción en la vida en general.